crónicas desde Shelbville III
Empezar a trabajar en Villanueva de la Cañada y que se produzca una huelga de autobuses ha sido todo uno. Acostumbrado a tardar siete minutos andando al trabajo la hora-hora y media que tardan las dos lineas de interurbanos que desembocan en la U.A.X. convierten los dos trayectos, el de ida y el de vuelta en un ligero infierno. La única manera de combatir ese interminable viaje a ninguna parte y los apretones de gentes extrañas es conseguir un asiento en Moncloa o Príncipe Pío y poder leer el libro cedido por Karpov a este vagabundo del dharma. Braille Para Sordos, de José María Mijangolos ha empezado de manera arrolladora y promete continuar asi durante un buen montón de páginas.[continuará...]
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